sábado, 2 de enero de 2016

Kvila Turistheim, cabañita en Garmo (Lom)


La sexta noche del viaje la pasamos en Lom, era una de las pocas que tuvimos claras desde el principio por el recorrido que pensábamos hacer. Buscando por la zona encontramos las cabañas de Kvila Turistheim que no tenían mala pinta y a bastante buen precio. Reservamos a través de Booking una cabaña para dos con cocina sin baño por 376 NOK, que pagamos una vez allí con tarjeta de crédito. 



Junto a la carretera se encuentra el edificio principal que además de recepción y cafetería cuenta con varias habitaciones para huéspedes. Allí hay también wifi gratis, pero éste no llega hasta las cabañas, aunque nos dijeron que podíamos estar ahí usándolo todo el tiempo que quisiéramos.




En el terreno situado detrás de el edificio están las cabañas de distintos tamaños. La nuestra era una de las cuatro disponibles para dos personas que no disponen de WC en su interior. Los baños compartidos (uno para hombres y otro para mujeres) se encuentran en el sótano del edificio principal, accediendo a ellos por la parte de atrás.



Nuestra cabaña destacaba por ser la única con tejado de turba, tal y como las hacían antes, ya que, por lo que nos comentó el dueño, era la más antigua de las que tenían. Cuando le dijimos que éramos españoles nos empezó a hablar de Alicante y de pueblos del interior ya que él y su mujer pasaban largas temporadas en España, escapando del rigor del invierno noruego y eran fans del estilo de vida en nuestro país, con largas sobremesas después de las comidas y mucha vida en la calle con familia y amigos.



Su interior era básico pero aceptable, con 4 camas individuales divididas en dos literas, una cocina pequeña y una mesa con sillas. Como en otras cabañas, proporcionan los edredones nórdicos y las almohadas pero la ropa de cama hay que llevarla. Además no dispone de fregadero, por lo que hay que lavar los platos en el baño o en la calle con una manguera que hay junto a ellos. Esto y el no demasiado buen estado de los baños era lo peor del alojamiento, aunque el precio y la amabilidad de los dueños lo compensaban.



En conjunto resulta bastante aceptable, sobre todo si se busca algo económico, de hecho fue el segundo más barato de todos nuestros alojamientos del viaje. También es cierto que fue probablemente el más austero, aunque al ser la cabaña más antigua no sabemos si ocurría lo mismo con el resto.


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